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25 de Septiembre de 2018

Hacia un desarrollo energético sostenible

Chile tiene una gran oportunidad de construir un desarrollo energético sostenible que no solo permita mejorar la calidad de vida de todos los chilenos, sino que también seamos un referente para la región y el mundo.

Durante las últimas décadas, hemos visto cómo en Chile han emergido en la sociedad exigencias propias de un país que avanza hacia el progreso. Ha aumentado el nivel de bienestar de millones de chilenos, lo que ha estado acompañado de una aspiración y mayor demanda por construir una sociedad no solo más justa y libre, sino que también más sostenible. Es así como el sector energético no ha quedado fuera de esta evolución, y está llamado a formar parte de esta transformación hacia la modernidad y el progreso. Como ha afirmado nuestro Presidente Sebastián Piñera, “hace doscientos años conquistamos nuestra independencia, hoy es la hora de conquistar la madurez de nuestro desarrollo”.

Con el objetivo de conducir a nuestro país hacia el desarrollo más sostenible y mejorar la calidad vida de las personas, en mayo de este año lanzamos la “Ruta Energética 2018-2022”, que busca establecer una carta de navegación para liderar la modernización de la energía con sello ciudadano.

Avanzar hacia un desarrollo energético sostenible tiene varias aristas. En cuanto al sector eléctrico, sabemos que como país tenemos abundantes recursos naturales para desarrollar fuertemente las energías renovables. El empuje de la industria, importantes avances tecnológicos y una fuerte baja de sus costos han contribuido a que dichas energías se estén masificando en el país, y tengan un futuro promisorio.

TRAZAR UNA RUTA CLARA

Eso sí, es relevante modernizar el marco regulatorio para permitir una mayor penetración de las energías limpias de una manera eficiente, competitiva y segura en el largo plazo. Lo anterior no solamente para alentar el desarrollo de proyectos de gran escala, sino que también se promueva la generación de menor escala (distribuida), que permita a los ciudadanos ser parte de la generación de energía limpia.

Pero al hablar de desarrollo sostenible de la energía no debemos olvidar que más de la mitad de nuestros consumos energéticos no son eléctricos. En ese sentido, entendemos la importancia de trazar una ruta clara para aprovechar de mejor manera nuestros recursos renovables en usos térmicos.

En este sentido, vemos que hay buenas oportunidades que se deben aprovechar tanto en edificaciones residenciales o comerciales en calefacción y agua caliente, así como también en grandes industrias para reemplazar generación de calor que hoy se genera mediante combustibles fósiles o leña por energías más limpias.

No obstante lo anterior, sabemos que no hay energía más sostenible que la que no se ocupa. Es por eso que tenemos claridad sobre la relevancia de dar un impulso a la eficiencia energética. El proyecto de ley que ingresamos recientemente al Congreso es un importante avance para capturar de buena manera oportunidades de eficiencia energética en viviendas, transporte, industrias y en el sector público. Esperamos con ello contribuir a una mayor cultura del buen uso de la energía.

Para tener un desarrollo sostenible en energía debemos promover la inversión necesaria para ello.

El programa +Energía que estamos implementado, no solo hace un acompañamiento a la inversión, sino que también fortalece las evaluaciones técnicas que tienen los proyectos apuntando a su sostenibilidad.

Como Gobierno hemos sido claros en señalar que apoyaremos el desarrollo de proyectos garantizando el resguardo del medio ambiente, facilitando el diálogo anticipado con las comunidades y promoviendo espacios de asociatividad entre comunidades y empresas.

OPORTUNIDAD

Estamos convencidos de que una adecuada atención a los aspectos ambientales, sociales y económicos nos permitirán contribuir a un verdadero desarrollo sostenible de nuestro sector.

Chile tiene una gran oportunidad de construir un desarrollo energético sostenible que no solo permita mejorar la calidad de vida de todos los chilenos, sino que también seamos un referente para la región y el mundo. La invitación, entonces, es a sumar fuerzas como país desde el sector público, la actividad privada y la sociedad civil para abordar juntos los importantes desafíos que tenemos para lograr los objetivos trazados.

Fuente: El Mercurio